Me elevo con las alas del entusiasmo, llevo el mundo a mis pies, firme voy por la vida, tengo miedo y a cada instante vocifero frialdad, escondo mi debilidad en los viejos anaqueles pero ella no se queda allí, sale y camina a mi lado recordándome que soy prisionero del mundo y que nunca podre escapar de èl, cada día es una nueva suma a lo que soñé nunca ser, se acerca veloz la tristeza de partir para el lugar no querido por la búsqueda de unos pesos y un mañana que no se si vendrá, vi ayer que la forma de vencer la muerte es perpetuando la especie, yo solo aspiro a ser vencido lo antes posible.
La vida nos niega la valentía, a unos, de morir el día elegido pero nos premia con la certeza de saber que algún día ella tomará la decisión por nosotros
lunes, 15 de septiembre de 2008
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